jueves, 30 de julio de 2015

Leonardo Padrón 26 de julio 2015 - 12:01 am

Tiempo de tormenta. Turno de decisiones. Clima de borrasca y viento. Luz difícil.                     

Desde hace meses no dejo de recibir invitaciones a charlas, conversatorios y tertulias que gravitan alrededor del mismo tema: las razones para seguir apostando por el país, para quedarse y lidiar, para no irnos en desbandada. No es un tema fácil. Es complejo por inédito, por extraño a nuestro hábito, por subjetivo y personal. Es un tema espinoso por el espinoso país que hoy vivimos. Por el caos que nos rodea. Por la violencia de la marea que golpea nuestras certidumbres y ataduras.

Ahora bien, ocurre que habitualmente uno no anda explicando las razones que tiene para no irse de su casa. Uno, simplemente, está, permanece, hace hogar en ella. Construye familia. Teje su día a día. Come allí, duerme en ella, la pasea descalzo, se demora en sus ventanas, erige su biblioteca, pone su música, domestica su almohada, conoce sus ruidos y caprichos. Es el lugar donde pugnas con tus gripes, tus despechos o tus resacas. El espacio donde ocurren tus epifanías y descalabros. Donde más has celebrado la navidad, los pequeños triunfos y cada nuevo centímetro de altura de tus hijos.

Mi casa, si me pongo específico, limita al norte con la fiesta que es el Caribe, al sur con la selva fantástica de Brasil, al oeste con kilómetros de vallenato, cumbia y hermandad y al este con la vastedad del Atlántico y ese litigio histórico, otra vez de moda, que es Guyana. Mi casa tiene el techo azul casi todo el año. Mi casa es un clima de mangas cortas y risa fácil. Mi casa tiene un catálogo de playas irrepetibles. Y si la camino a fondo me topo con la belleza de sus abismos de agua, con la neblina a caballo de sus páramos, con sus árboles redondos, con su sol de tamarindo y papelón. Mi casa tiene 30 millones de habitantes. Tiene un océano de mujeres hermosas, nocturnas y sensuales. Mi casa es una geografía vehemente y delirante. La han llamado Tierra de Gracia, Pequeña Venecia, Norte del Sur, El Dorado, Crisol de Razas, Paraíso Perdido. En mi casa se baila en todas las esquinas, se toma cerveza sin piedad, se coleccionan abrazos, se hace el amor en cada vestíbulo, y se hace el humor hasta el amanecer.

En mi casa está mi infancia, mi ventana y mi lámpara, mi postre favorito, mi carro, mi lista de amigos, mi cine recurrente, mi ruta de librerías, mi estadio de beisbol, mi zona de costumbre y apegos. El sol nace y se pone en mi casa.

Resulta que mi razón de ser, lo que me explica y define,  limita por todas partes con mi casa. Este es el domicilio de mis entusiasmos y obsesiones.

Tengo una vida entera en ella. Y una vida entera es mucho tiempo. Es todo el tiempo. Una vida amueblada por mis años, mis logros y mis mejores fracasos.  

Y sucede que a pesar de todo eso, tengo que explicar por qué no me quiero ir de mi casa.

                                      ***

Generalmente, cuando no llega el agua a mi casa averiguo, pregunto, resuelvo, compro, instalo un tanque. Cuando aparecen filtraciones busco, llamo, persigo al plomero. Cuando la basura se acumula en el depósito reclamo, toco la puerta, hablo con la junta de condominio. Cuando se agrietan sus paredes, cuando se colma de insectos, cuando la cubre el polvo, cuando se trastornan sus aparatos, cuando la polilla ataca, en todos esos casos, no suelo irme, no desisto, no salto por la ventana. Sencillamente, me ocupo. La lleno de atenciones. Busco prodigios que la sanen. 

Sí, en estos tiempos las goteras se han vuelto absurdas, el techo se ha corrompido, el agua sale negra, la luz es escasa, el tronar de las armas eclipsa el bullicio de las guacamayas, la nevera se ha llenado de vacío y nostalgia, a los insectos se le han sumado alimañas impensables. Mi casa es hoy un tesoro arruinado, malbaratado, saqueado. Pero es mi casa. Me cuesta no atenderla. No procurar remedios. No aportar la cal de mis opiniones, la despensa de mis esmeros, el martillo de mi insistencia y su tanto de ética, perspectiva y confianza.

Mi casa está rota. Y yo me sumo a la reparación. No al adiós. Irme es un verbo posible. Tengo derecho a hacerlo. A veces me intoxico de ganas. Pero entiendo que en cualquier otro confín seré un extranjero. Un emigrante. Un nómada accidental.

Es una opción válida, legítima. En ciertos casos, emocionante, y en otros, atemorizante. Es irresponsable juzgar a quien se va. Irse posee el calibre de las desgarraduras. El exilio es una palabra llena de piedras. Quien parte intenta llevarse el peso existencial de la casa. Busca sostenerla desde la distancia. Toda mudanza es incertidumbre y desvelo. Es una acrobacia espiritual.

Hay vecinos que se han ido, otros que están haciendo maletas, ensayando un nuevo idioma, aprendiendo a usar un GPS. Mis hijos se despiden de sus mejores amigos. Mi pareja se despide de sus mejores amigos. Mis mejores amigos se despiden de sus enemigos.

Le pregunto a mi hija de 13 años por qué no se iría del país. Me suelta una ráfaga de sustantivos: la gente, el clima, el idioma, la comida, el paisaje, los amigos. Y agrega algo inesperado: “Me gustaría estar cuando se arreglen las cosas y ver el cambio”. 

                                       ***

Hace poco leí en el blog de alguien un concepto interesante. Decía Daniel Pratt: “migrar es aceptar que tu lugar y tú no pueden continuar juntos, rendirse, asumir que no hay manera de arreglarlo. Tienes que divorciarte, perder, naufragar (…)  Desde el momento que partes eres extranjero siempre, hasta en tu propio país”.

Y, vamos a estar claros, hay mil razones para irse, y quizás solo diez para quedarse. Pero esas diez razones pueden justificar tu vida. 

En estos tiempos los venezolanos estamos viviendo una experiencia inédita. En esta época de ideologías y militancias extremas, el desencanto ha hecho que el país esté advirtiendo el mayor de los éxodos de su historia. Me he topado con la conmovedora circunstancia de ver a una madre hacer todo lo posible por separar a su hijo de ella. Apurándolo para que se vaya a estudiar a Calgary. Lejísimo. Para salvarlo. Para saberlo seguro.

Y, ciertamente, las migraciones son tan antiguas como la especie humana. No debería alarmarnos tanto. Cada ser humano está obligado a vivir sus propios renacimientos.

         Pero la casa no puede quedarse sola. Necesita la atención de sus propietarios. Este extrañamiento, este estupor colectivo, nos hace comprometernos aún más con el momento histórico que estamos viviendo.  

                                               ***   

¿Es este el fin del país? No. Los países no concluyen. Es este un episodio severo. Amargo. Ruinoso. Se habla de la inflación más alta del mundo. De la escasez más pavorosa que hemos vivido. Del corrimiento del sistema de valores. De una violencia sórdida y copiosa que ha convertido al mapa entero en sangre y luto. Así de grave está la casa, así de extrema la inundación. Sí, hacemos agua por todas partes. Los pronósticos del tiempo anuncian sólo noticias oscuras. Entonces, ¿desertamos?, ¿desmantelamos lo que queda? Es una opción, pero ¿realmente queremos renunciar a nuestra casa?

Si esta es la piedra fundacional de nuestros días, ¿qué estamos haciendo para detener su ruina? ¿Basta con el largo quejido que hoy somos? Si no nos involucramos, toca renunciar, incluso estando adentro.  Dejar que otros impongan la ruta de nuestros afanes.  

Es fácil ser ciudadano de un país cuando el viento es benigno, cuando el subsuelo es oro, cuando el peatón ejerce la alegría como contraseña, cuando la comida abunda, cuando el mar es amable y no hay marea alta en el horizonte.

Pero también hay que ser ciudadano cuando el país está enfermo, acosado por la indolencia, atascado en un pantano de errores, cuando es víctima de sus propias contradicciones. El país, nuestra casa mayor, nos necesita en su adversidad, en sus fiebres, en la penuria y la borrasca. Querer a alguien es también lidiar con su infortunio. Si tu pareja se enferma de cáncer, ¿la abandonas?, si tu mejor amigo cae preso, ¿renuncias a visitarlo?; si tu hijo sucumbe a las drogas, ¿le das la espalda?, si tu madre comienza a sufrir de Alzheimer, ¿le sueltas la mano y dejas que camine sola hacia la locura? Supongo que no. Pasa igual con el país. Si los que aquí insistimos no nos comprometemos en buscarle cura a sus desvaríos, en otorgarle coherencia y sensatez, entonces no vale la pena quedarnos.

Los optimistas (dicen que es una raza en extinción en el territorio nacional) saben que toda crisis genera una mina de posibilidades. Repito a  Francois Guizot en su afirmación de que los optimistas son quienes transforman al mundo. La lección ante nuestros errores acumulados ha sido amarga. Pero es hora de responder. De apostar duro. De vivir cada día como construcción. De devolverle a esta tierra de gracia todo lo que nos ha dado, empezando por el derecho a existir y crecer en su aire, en su luz, en su maravilla, maravilla que vamos a devolverle con nuestras ganas de seguir perteneciendo a un gentilicio, de seguir viviendo en la casa grande de nuestra existencia. 

Municipio Buchivacoa
Marihuana en Peaje Los Pedros

Dos hombres, de 21 y 29 años de edad, resultaron detenidos por una comisión mixta perteneciente al Destacamento Nº 134 y la Unidad Regional de Inteligencia Antidrogas (Uria Nº 13), ambos de la Guardia Nacional Bolivariana, en la carretera nacional Falcón-Zulia, por el delito de tráfico de 24 panelas de presunta marihuana.

De acuerdo a la información manejada, la dupla masculina, procedente de Ciudad Ojeda y con destino Valencia, se trasladaba por la arteria vial a la altura del peaje “Los Pedros”, donde los castrenses procedieron a su inspección, apoyados con el semoviente canino Zeus, localizando el alijo de forma oculta en varias partes de una camioneta marca Ford, tipo Vans.

Como parte del procedimiento, se supo que se estaría en presencia de unos 22 kilos 800 gramos. El cargamento fue ubicado oculto en la puerta del copiloto, el guardafangos derecho trasero y en la corneta de sonido.

Las autoridades se encuentran activadas para lograr identificar quiénes serían los responsables de recibir el alijo de drogas en la entidad carabobeña.
Tomado Diario La Mañana

martes, 14 de julio de 2015

Mi viejo

Es un buen tipo mi viejo 
que anda solo y esperando 
tiene la tristeza larga 
de tanto venir andando 

Yo lo miro desde lejos 
pero somos tan distintos 
es que crecio con el siglo 
con tranvia y vino tinto.... 

Viejo mi querido viejo 
ahora ya caminas lento 
como perdonando el viento 
yo soy tu sangre mi viejo 
soy tu silencio y tu tiempo..... 

El tiene los ojos buenos 
y una figura pesada 
la edad se le vino encima 
sin carnaval, ni comparsa 

Yo tengo los años nuevos 
y mi padre los años viejos 
el dolor lo lleva dentro 
y tiene historia sin tiempo 

Viejo, mi querido viejo 
ahora ya caminas lento 
como perdonando al viento 
yo soy tu sangre mi viejo 
soy tu silencio y tu tiempo 

Yo soy tu sangre mi viejo.......

viernes, 10 de julio de 2015

HIDROFALCÓN, CA.
GERENCIA IMAGEN Y COMUNICACIÓN
NOTA DE PRENSA
FECHA: MARTES 07/07/2015

Afectará suministro a comunidades durante 5 días  
CONTINÚAN TRABAJOS DE DRAGADO EN EMBALSE MATÍCORA

Prensa HIDROFALCÓN.- Con el objeto de mejorar los niveles de almacenamiento de agua  en el embalse Matícora,  reservorio que suministra el agua a través del Acueducto Bolivariano a los habitantes del occidente falconiano, un equipo técnico integrado por el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, Hidroven y la Hidrológica falconiana, continúa los trabajos de dragado en la torre toma del embalse.  

A partir del día viernes se iniciarán las labores para la remoción de sedimentos en la torre toma, acción que permitirá mejorar la conducción del agua a las plantas de potabilización instaladas en ese eje de la entidad y suministrar el vital líquido a las comunidades que se surten de este sistema de agua potable.

En este sentido, la Hidrológica falconiana se ha visto en la imperiosa  necesidad de suspender el suministro de agua potable a través del acueducto  bolivariano durante 5 días, tiempo estimado para realizar las labores. Durante los trabajos serán afectadas las plantas de potabilización, ubicadas en Bariro, Los Andes en Dabajuro y Tarana, afectando las poblaciones de Los Pedros, Bariro, Estaquita, Jabilla, Mariposa, Urumaco, Ocorote, Colombia, Río Seco, Cabecera, San Gregorio  y poblados aledaños a esa zona del occidente falconiano.

La suspensión programada del servicio se realizará a partir del día viernes 10 de julio hasta el martes 14 de julio, por lo que se insta a los habitantes de la zona a tomar las previsiones necesarias de almacenar y darle el buen uso al agua debido al mantenimiento  y el período de sequía que afecta el estado.


domingo, 21 de junio de 2015

Protégete: cómo evitar robos de datos al usar Internet
¿Alguien puede tener acceso a mi computadora?

:Un amigo me envió un mensaje electrónico que incluía un enlace; hice clic en él, y entonces descubrí que no había sido mi amigo y que el enlace no era real. De inmediato cambié mi contraseña de correo electrónico, pero estoy preocupado. ¿Alguien puede tener acceso a mi computadora todavía?
K. L. F., Ciudad de Nueva York 
R: Cambiar la contraseña puede no ser una medida suficiente, ya que los delincuentes usan estas técnicas de phishing(robo de información confidencial y suplantación de identidad) para atraerte a sitios que instalan en tu computadorasoftware malicioso que accede a tu información. Para protegerte, escanea tu máquina en busca de troyanos y otros virus. Hay programas antivirus como McAfee, Avast! y AVG que puedes probar y comprar en línea.
De ahora en adelante, antes de hacer clic en un enlace en cualquier mensaje electrónico, pon el cursor sobre él con el ratón. Si la URL mostrada no coincide con el texto de la URL del mensaje electrónico, no hagas clic en el enlace.

P:Yo uso la aplicación de mi banco para tener acceso a mis cuentas en línea. ¿Es seguro hacer esto cuando estoy de viaje, al usar el Wi-Fi [punto de acceso de red inalámbrica] de un hotel, por ejemplo? 
Ann D., Ridgefield, Connecticut 
R: Desafortunadamente, las redes públicas en lugares como hoteles, aeropuertos y cafeterías pueden no ser tan seguras como piensas. Alguien puede configurar fácilmente una red inalámbrica que tenga la apariencia de pertenecer a alguna entidad confiable, lo que le daría a ese desconocido la oportunidad de hurgar en tu información.
Si necesitas usar una red pública, no accedas a tu información confidencial ni hagas compras en línea. Pregunta al personal del hotel si te pueden alquilar una conexión segura a la Red por una tarifa módica.

P:Después del robo de fotos privadas de celebridades ocurrido este año, me preocupa que los riesgos para la seguridad del uso de la nube sean mayores que los beneficios. ¿Cuál es la manera correcta de utilizar esta tecnología?
Claire C., Atlanta, Georgia 
R: De acuerdo con los informes, el delito cibernético que mencionas se produjo a raíz del robo de las contraseñas de esas celebridades. Si usas servicios en la nube y alguien conoce tu contraseña, esa persona puede apoderarse de tu información desde cualquier sitio. Para evitarte problemas, sigue estas reglas de seguridad cuando utilices Internet:
  • Usa una contraseña distinta para cada cuenta, sobre todo en la nube. Las contraseñas deben tener al menos ocho caracteres, e incluir letras mayúsculas y minúsculas, símbolos especiales y números.
  • Comparte el mínimo de información, y deja los campos opcionales en blanco al hacer compras o llenar perfiles en línea. Cualquier pista que les des a los hackers puede servirles para averiguar tu contraseña.
  • Borra con regularidad tu historial de búsquedas y las cookies. Pueden almacenar datos personales que un ladrón puede sustraer.
  • No abras mensajes electrónicos de remitentes desconocidos, menos aún si parecen provenir de un dominio de correo electrónico dudoso. Los mensajes sospechosos pueden introducir un virus en tu computadora y poner en riesgo la seguridad de tu contraseña.




Cumple tus propósitos
Un estudio indica que tan sólo 8 por ciento de las personas cumplen realmente los objetivos que se trazan. 

Para la mayoría de las personas, no cumplir sus propósitos significa desaliento y frustración. Un estudio indica que tan sólo 8 por ciento de las personas cumplen realmente los objetivos que se trazan, o, para decirlo de otro modo, un abrumador 92 por ciento fracasa.
A pesar de estas cifras, fallar no es inevitable. De hecho, entender las razones de los fracasos previos ayuda a alcanzar el éxito. Estos 10 consejos de expertos te permitirán reconfigurar tu pensamiento y conseguir llegar a lo que te propones.

Ten un deseo genuino de cambiar o lograr algo
Muchas personas eligen metas que deben cumplir, en vez de objetivos que quieren concretar. Tal es el caso de Outi Alanne, una florista de 47 años de Espoo, Finlandia. Cada enero se propone terminar su tesis de maestría en literatura, pero aún no lo logra porque, dice, “esa meta nada tiene que ver con mi trabajo y ni siquiera me interesa el tema”.
Josh Nathan, profesor de pensamiento crítico en el Instituto de Artes de Colorado, señala: “No me canso de subrayar la importancia que tiene conocerse a uno mismo, sus hábitos, preferencias y maneras de razonar. Sólo así podemos centrarnos en nuestros deseos genuinos y trazarnos objetivos que se correspondan con nuestra personalidad”.

Prepárate para actuar
“Visualiza tu meta como un gran proyecto”, dice Virginia Brabender, profesora de psicología en la Universidad Widener, en Pensilvania. “Si quieres renovar tu casa, planifica el proceso e intenta prever las dificultades, en vez de dejarlo a la suerte”. Por ejemplo, si tu objetivo es bajar de peso, debes tener un plan de alimentación saludable.

Sé realista
“Una vez me propuse comer menos queso”, dice Sanjana, una londinense de 26 años, “pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Hubo un momento en que comía queso al menos cinco veces por semana”. Sin embargo, cuando su novio le propuso matrimonio, encontró la motivación para lograr su meta: “Quería lucir hermosa con mi vestido de novia”. Durante cuatro meses antes de la boda, dejó de comer lácteos, pero un día después de su casamiento, confiesa, “¡comí el sándwich de queso más grande de mi vida y me sentí de maravilla!” En vez de tomar esto como un fracaso, se propuso alcanzar su objetivo poco a poco. “Dejar de comer queso me hizo comprender que realmente podía vivir sin consumirlo cinco veces a la semana”, afirma.
Michele Kerulis, psicóloga de la salud de Chicago, comenta: “Es bueno ser realista y no exagerar. Sanjana sabe que puede alcanzar su propósito, así que acepta lo que le gusta porque se siente capaz de controlarlo”.

Fíjate metas pequeñas
Es fácil sentirse abrumado cuando uno decide hacer un cambio grande en su vida diaria; por eso conviene dividir un objetivo grande en varias metas pequeñas. Por ejemplo, si quieres pesar 10 kilos menos, te ayudará proponerte bajar un kilo a la vez. “Si no celebramos los pequeños logros”, dice Brabender, “nos privamos del sustento emocional para perseverar”.
Glenda Standeven, una mujer canadiense de 59 años que sobrevivió al cáncer y es escritora y oradora motivacional, confiesa que a lo largo de su vida se fijó objetivos que casi nunca logró cumplir, hasta que se percató de que era mejor trazarse metas pequeñas y realizables. “Es mucho más fácil cumplir propósitos como hacerse una pedicura cada dos meses o salir a tomar un café con una amiga una vez a la semana”, afirma. “El cumplimiento produce satisfacción en lugar de frustración, y acumular pequeñas satisfacciones facilita mucho la tarea de ser constante para lograr cambios sustanciales en la vida”.

Evita las situaciones de alto riesgo
“Uno necesita ponerse límites claros para reforzar la disciplina y evitar las tentaciones hasta donde sea posible”, dice Lisette Cifaldi, experta en salud conductual de Carolina del Norte. “Si has decidido empezar a comer más sanamente y un compañero de trabajo todos los días lleva galletas o donas a la oficina, tienes que pensar cómo vas a lidiar con eso”.
Estar preparados para situaciones que escapan a nuestro control también implica adoptar reglas propias. “Uno puede imponerse la regla de no llevarse nada a la boca en el horario de trabajo excepto el almuerzo”, sugiere Cifaldi. “En esto consiste fijarse límites claros. Así, ante una tentación, uno ni siquiera se cuestiona si debe evitarla o no; abstenerse se convierte en un hábito”.

No te desanimes por tener un revés
Es natural perder motivación y querer rendirse al tener un tropiezo, pero es importante entender que las recaídas son comunes cuando uno intenta realizar un cambio significativo en la vida. “Es esencial quitarse de la cabeza la idea de ‘O todo, o nada’”, aconseja Brabender. “Hay que aceptar de antemano que habrá altibajos, que los reveses son parte natural del proceso de cumplir objetivos”.

Piensa positivamente
“Para alcanzar metas personales es importante tener una mentalidad positiva”, señala Kerulis. Por ejemplo, nunca te digas: “No voy a comer pizzas ni comida chatarra”; en lugar de eso, piensa: “Elijo comer alimentos saludables”. Un pequeño cambio como éste hará que te sientas inspirado para seguir adelante.

Consigue apoyos
Los foros de Internet son un excelente medio para compartir éxitos y fracasos con personas afines o que tienen retos similares y, de acuerdo con los expertos, pueden resultar de mucha ayuda para perseverar en el empeño de cumplir propósitos. “En la Red hay una enorme cantidad de recursos vinculados con cualquier objetivo que uno se haya trazado”, puntualiza Brabender. “Yo recomiendo a todas las personas buscar recursos relacionados con sus metas específicas, e incluso hacer equipo con alguien para superar juntos los desafíos”.
La profesora también aconseja a todos a hacer públicos sus propósitos de Año Nuevo. “Es más probable que uno tome sus metas con mayor seriedad si las da a conocer, en lugar de mantenerlas en secreto”, explica.

No te traces muchos objetivos a la vez
Hace algunos años Eva, una mujer de 33 años de Buenos Aires, hizo una lista de 10 propósitos específicos, entre ellos conseguir un empleo que pudiera disfrutar, escribir al menos 10 minutos al día y aprender fotografía. Al final logró cumplir la mayoría de sus objetivos, aunque no todos simultáneamente, sino de manera gradual y al cabo de un tiempo.
“Las personas tienden a exagerar y abarcar mucho”, dice Kerulis. “Es preferible enfocarse en alcanzar dos o tres metas a lo sumo, y luego continuar con las restantes”.

Aférrate al presente
“La gente piensa en sus propósitos como si fueran para toda la vida”, señala Lisette Cifaldi. “Eso es apabullante. Pensar que uno nunca podrá volver a hacer cierta cosa o a comer algo es como si le arrebataran la alegría de vivir”. En vez de pensar en el largo plazo, recomienda concentrarse en el aquí y el ahora. “Por ejemplo, si has decidido dejar de fumar, no pienses en que jamás podrás acercarte a un cigarrillo. Es mejor que te digas: ‘Hoy no voy a fumar’”.

A final de cuentas, añade la experta, “lo único que tenemos en realidad es el presente, y podemos hacer casi todo por un solo día”.
10 formas de comer que ayudan a adelgazar
Si quieres reducir algunos kilos, no cambies a la vez todos tus hábitos de alimentación. Mejor adopta estos otros poco a poco.
1. Haz de cinco a seis comidas ligeras al día
En un estudio realizado en Sudáfrica con hombres, los que tomaban el desayuno por partes a intervalos de una hora ingerían 30 por ciento menos calorías en el almuerzo que si desayunaban lo mismo de una vez. Otros estudios indican que, distribuyendo así las comidas, el cuerpo produce menos insulina, lo que mantiene estable el nivel de glucosa en la sangre y reduce el hambre.

2. Modera los alimentos abundantes en calorías
En vez de cubrir una taza de helado con algunas bayas, cubre una taza de bayas con una cucharada de helado. Consume menos papas fritas acompañando cada bocado con mucha salsa fresca de verduras. Come un poco de queso con mucha ensalada. No te sirvas un bistec entero con verduras al lado; mejor prepara un plato de verduras con algunas tiras de carne asada.

3. Elige un lugar invariable de la casa para comer
Designa una silla de la cocina o del comedor como único sitio para comer mientras te encuentras en casa, tanto comidas como tentempiés. Eso significa que no puedes comer nada frente a la televisión, ni mientras lees en el estudio, ni tampoco en el dormitorio. No se sabe cuándo toda la casa se volvió zona para comer, pero si te limitas a alimentarte en un solo sitio, reducirás enormemente los atracones.

4. Después del desayuno, procura beber sólo agua
Desayuna con jugo de naranja si lo deseas, pero el resto del día toma agua simple en vez de jugo o refresco. Sin duda sabes que las bebidas endulzadas son muy abundantes en calorías, pero quizá no sepas que, a pesar de ello, no producen la misma sensación de saciedad que el alimento sólido, según varios estudios, por lo que no quitan ni la sed ni el hambre.

5. Cena porciones menores
Los estudios indican que, cuanto más te sirves, más comes, sin importar si tu apetito es mucho o poco. En lugar de servir la cena en platos grandes, sírvela en platos de ensalada. Haz lo mismo con los líquidos: en vez de utilizar vasos grandes y tarros de café, vuelve a los viejos tiempos: vasos medianos y tazas chicas de café

6. Sirve alimentos crudos en cada comida
Nos referimos a verduras y frutas; zanahoria, apio, rábano, coliflor, naranja, melocotón y manzana van bien en cualquier comida. Son muy saludables, sacian el hambre y aportan menos calorías que los alimentos cocidos. Pon una fuente en el centro de la mesa e instaura la regla de que la comida no acaba hasta que la fuente esté vacía. 

7. No guardes tentaciones
Deja los pasteles, los helados, las papas fritas y otros alimentos muy calóricos para una salida ocasional. Si compras un litro de helado para llevarlo a casa, no durará mucho.

8. Haz más copiosos los platos con verduras
Puedes comer dos veces más pasta fría si le mezclas mucho brócoli, zanahoria y tomate que si la preparas sólo con mayonesa. Lo mismo ocurre con los platos sofritos. Agrega verduras a una omelette para hacerla más esponjosa y saciadora sin aumentar el número de huevos.

9. En cada comida sirve sopa o ensalada
Muchos estudios indican que incluir en las comidas alimentos acuosos, como calabacitas, tomates y pepinos, reduce la ingesta diaria de calorías. Entre estos alimentos se cuentan las ensaladas y las sopas no espesas ni cremosas. Como la sensación de saciedad del hambre y de la sed se produce por mecanismos distintos, no es posible sentirse satisfecho sólo con agua, bebidas gaseosas, té, café ni jugos de frutas. 

10. Come menos alimentos blancos
Hay razones científicas para reducir el consumo de carbohidratos simples: su exceso en la harina refinada y los alimentos azucarados puede disparar la glucosa en la sangre y hacer subir de peso. Evita el azúcar, el arroz y la harina refinados, pero come panes y arroz integrales en abundancia. Un estudio realizado con 74,000 mujeres reveló que las que comían más de dos porciones diarias de cereales enteros eran 49% menos propensas al sobrepeso que las que comían cereales refinados.